La
feria de los productos ecológicos y consumo responsable, BioCultura, ha cerrado su 29ª edición con unos resultados más que
satisfactorios, demostrando una vez más la excelente situación que vive el
sector.
En los cuatro días que duró el certamen, alrededor de 70.000 visitantes se acercaron hasta Ifema para conocer de primera mano las novedades del mundo bio que cerca de 800 marcas expusieron de los sectores de alimentación, salud, cosmética, higiene, ropa y calzado o bioconstrucción.
“Mientras muchos sectores económicos agonizan, el
sector biológico continúa mostrando su crecimiento y su alto
valor de adaptación, además de su enorme dinamismo", subrayó en el
momento de clausura Ángeles Parra,
directora de BioCultura, al calificar el crecimiento
experimentado por la feria en las últimas ediciones, tanto por lo que se
refiere al número de expositores como de visitantes. Y es que en todas las
citas, las personas preocupadas por el consumo responsable descubren productos nuevos como productos
elaborados con nuevas alternativas a las harinas de trigo convencionales
como pizzas de harina de garbanzos y de pepitas de uva, o pasta seca
elaborada con harina de lentejas verdes y rojas. Y en el apartado de los
alimentos más frescos, se han mostrado novedades como mejillones, lubina y
dorada ecológicos provenientes de piscifactorías del Mediterráneo.
La leche de yegua ha hecho su aparición ahora también en la cocina. Se trata de una leche de animal, lo más parecida a la materna humana, que representa un alimento natural con propiedades, tanto nutricionales como cosméticas.
Sin apartarse del área de la alimentación, hay productos que, no siendo tan novedosos, están acaparando mucho el interés del público, como es el caso de la cerveza ecológica, helados ecológicos, chocolate con azafrán ecológico o algas para ensalada de producción ecológica.
En BioCultura los expositores ofrecían degustaciones para animar al visitante a consumir. Igualmente se llevaron a cabo los conocidos “show cooking” orgánicos, donde ecococineros y nutricionistas elaboran diferentes platos en exclusiva con productos ecológicos, explicando paso a paso cada receta, y con la presencia del productor que podía detallar el proceso de producción de cada materia prima.
A pesar de que la alimentación ecológica representa algo más de la mitad de la oferta de BioCultura, la cosmética o la higiene con ingredientes certificados vienen también reclamando un mayor protagonismo en la feria. Entre los más nuevos están las esponjas artesanales hechas con materiales orgánicos, como lana, algodón o seda; productos cosméticos elaborados con savia de abedul, o con aceite ozonizado virgen extra ecológico, muy indicada para las pieles más delicadas y personas con problemas dermatológicos.
El
textil orgánico es otro de los sectores que también tienen su espacio,
junto con los ecomateriales, muebles y decoración, energías
renovables, terapias o turismo rural, que igualmente interesaron a muchos
visitantes. En el apartado de bioconstrucción, se mostraban casas
fabricadas en madera, casas de consumo casi nulo que mantienen el confort
interior sin necesidad de calefacción ni aire acondicionado, con un gasto
de energía equivalente al de una bombilla de 65 vatios. Otro de los productos más exitosos de la feria fue una botella de vidrio con
propiedades beneficiosa para la salud gracias a una tecnología que aprovecha la característica del sílice.
En
paralelo a la exposición se llevaron a cabo más de 300 actividades
encaminadas a aportar más información y a concienciar sobre el consumo
responsable y el cuidado del medio ambiente. Y se celebró con una masiva
respuesta por parte de los más pequeños MamaTerra, el festival ecológico
para la infancia con un montón de actividades
Muchas
de estas actividades y otros contenidos se pudieron seguir a través de la
programación de televisión que lleva a cabo la productora especializada en
el sector ecológico Tv Bio, que retransmitía en directo desde dentro de la
feria.
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