El huevo es un ingrediente básico en la cocina,
de alto valor nutritivo y
gastronómicamente muy versátil
Aporta al total de la dieta una apreciable cantidad de proteínas de
fácil digestión, es rico en ácidos grasos, algunos minerales y vitaminas.
Considerado como el ingrediente
culinario más elemental, el huevo es un buen recurso para cualquier
momento, pues constituye la base de una comida rápida. Y en la
gastronomía actual, siempre supone una buena alternativa a través de sus
mil y una formas de preparación.
A la hora de elegirlos, prácticamente el único criterio válido es el de su frescura,
aunque siempre conviene fijarse en la fecha en que han sido puestos.
El
color y el tamaño no influyen en exceso en su calidad alimenticia. La
primera de estas dos características se relaciona tan sólo con la raza
de la gallina mientras que, respecto al grosor, en el huevo gordo la
proporción de yema, que no deja de ser la parte nutritiva, suele ser
menor.
En los fogones se demuestran las amplísimas posibilidades de
variación y de ruptura con la rutina gastronómica que puede permitir
este alimento mágico y en torno al cual se llegan a descubrir a cada
momento sugerencias más renovadoras.
El frecuente recurso a cocinar con
huevos en nuestro país ha generado una interminable profusión de
recetas, algunas de ellas convertidas en los platos más conocidos de
nuestra gastronomía.
En esencia, pueden ajustarse a estas preparaciones
básicas: pasados por agua, al plato, fritos, cocidos, escalfados, a la
plancha, rellenos y revueltos, mollets o en cocotte, al margen de los
variados tipos de tortillas (española, francesa, de atún, de espinacas,
de berenjenas, de jamón y queso, de salmón, de mejillones, etc.), en las
que se convierte en elemento fundamental.
Pero además protagoniza infinidad de caldos y sopas y
constituye el ingrediente número uno en algunas de las salsas más
afamadas de nuestra tierra, a saber, la mayonesa y el ali-oli, además de
la salsa holandesa.
Y luego consigue un enorme protagonismo en todo lo relacionado con la dulcería, al integrarse con carácter preferente en las fórmulas más conocidas de bizcochos, cremas, flanes, merengues, mousses, natillas, soufflés, yemas y tocinillos de cielo.
¡Toda una sinfonía de posibilidades
para endulzar el espíritu!
para endulzar el espíritu!
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