Con motivo del Día Nacional de
la Celiaquía
el 27 de mayo,
se recuerda que existen alternativas
que permiten seguir
comiendo pan
a personas intolerantes al gluten.
Las harinas de cereales
Las harinas de cereales
como
el teff, el sorgo o el trigo sarraceno
son algunas de las opciones para
conseguir
panes sin gluten con sabores muy interesantes
El próximo 27 de mayo es el
Día Nacional de la Celiaquía, una enfermedad que en España afecta a alrededor
de 450.000 personas y que prevalece en un 1% de los europeos.
Sin embargo, se
estima que en torno al 75% de los celíacos aún no ha sido diagnosticado debido
a factores como la dificultad en su
detección o el desconocimiento de la enfermedad.
Tanto es así, que en una encuesta realizada por Pan Cada Día se revela que un 50% no sabe que el gluten es una proteína y un 29,4% cree que es perjudicial para la salud.
Tanto es así, que en una encuesta realizada por Pan Cada Día se revela que un 50% no sabe que el gluten es una proteína y un 29,4% cree que es perjudicial para la salud.
Actualmente, existe una corriente
“antigluten” que fomenta, no solo la reducción del consumo de gluten, sino
también su exclusión de la dieta diaria. Se estima que una cantidad 10 veces mayor al número de personas
celíacas restringe el gluten de sus dietas sin haber sido diagnosticadas
como intolerantes al gluten. Prescindir
de esta proteína sin un diagnóstico realizado por un facultativo puede tener
como consecuencia la aparición alteraciones nutricionales que derivarían en
otras enfermedades como la diabetes tipo 2.
Así
como el gluten no debe ser excluido de la dieta sin diagnosticarse una
intolerancia, el pan tampoco tiene por
qué desaparecer de la alimentación diaria de las personas con celiaquía.
Existen
diversas opciones en panificación que tienen que ver con el uso de harinas a base de cereales sin gluten y
que aporten grandes beneficios para la salud. Además de las más comunes, como
las harinas de almidón de maíz o arroz, en la actualidad empiezan a abrirse
paso las elaboraciones con otros cereales como el teff, el sorgo, el sorgo o el
trigo sarraceno.
La
harina de teff destaca, además de
por su ausencia de gluten, por su alto contenido en fibra, que ayuda a
controlar los niveles de glucosa en sangre, y por los hidratos de absorción
lenta que aporta.
Otra
opción son las elaboraciones con harina
de sorgo. Este cereal, de fácil digestión, es también rico en
antioxidantes, vitaminas y proteínas, así como en sodio, potasio, hierro,
magnesio o zinc, lo que hace que sea beneficioso para el corazón y para la
salud de los huesos.
Por
último, otra alternativa a destacar son las harinas de trigo sarraceno, considerado un pseudocereal. Estas suponen un
beneficio para la salud cardiovascular, del sistema nervioso y del inmunológico
debido a su contenido en fibra e hidratos de carbono complejos, así como su
contenido en potasio, magnesio o fósforo.
Fuentes:
1.
“Effects of a gluten-free diet
on gut microbiota and immune function in healthy adult human subjects”.
2. Influencia del
consumo de pan en la calidad de la dieta y hábitos alimentarios de adultos
españoles. Equipo investigador del Departamento de Nutrición de la Facultad de
Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid. 2016
3.
Encuesta
de Simple Lógica para Pan Cada Día. Encuesta “Hábitos y consumo de pan en
España”. 2017
Pan Cada Día es una iniciativa que nace con el objetivo de
promover el conocimiento de un alimento que ha acompañado al hombre a lo largo
de su historia: el pan y los cereales. Sus propiedades nutricionales los
convierten en alimentos básicos en una dieta sana y equilibrada.
La cadena de trigo, harina y
pan une sus esfuerzos a través de este proyecto con el que se quiere animar a
su consumo diario como hábito saludable y como base de nuestra Dieta
Mediterránea.
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