El
Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, es famoso por la floración de los
cerezos en primavera; un increíble espectáculo de más de un millón de árboles
tiñendo de blanco las laderas del valle. Las flores anuncian que dentro de
pocas semanas llegan las cerezas y picotas, jugosas y saludables.
La
floración de los cerezos no se produce todos los años en las mismas fechas,
depende de las condiciones meteorológicas que haya durante el invierno. Lo
normal es que se produzca durante los últimos 10 días de marzo y los primeros
10 días de abril.
La
floración dura entre 12 y 14 días y es un momento de celebración para toda la
comarca que festeja la Fiesta del Cerezo en Flor declarada Fiesta de Interés
Turístico Nacional. Este año se inaugurará en Cabezuela del Valle, el 31 de
marzo y la clausura será en Rebollar, el 8 de abril. Esta fiesta se celebra
desde hace ya más de 40 años como un momento de júbilo en el que el agricultor
agradece y aplaude la inminente llegada de la próxima cosecha.
Siguiendo
una tradición familiar de siglos, los cerezos se cultivan artesanalmente en
bancales labrados en las altas montañas del Valle del Jerte, entre manantiales
y aire puro. Sólo en un entorno único, con un microclima privilegiado, pueden
cultivarse las mejores cerezas de España y la Picota del Jerte que es una
variedad originaria del Valle. Sólo hay cinco variedades certificadas con la
Denominación de Origen Protegida. Cuatro de ellas pertenecientes al grupo de
las Picotas del Jerte de características similares: Pico Limón Negro, Pico Negro,
Pico Colorado y Ambrunés y la única variedad con pedúnculo llamada Navalinda.
Este
tipo de cultivo abancalado, que se transmite de generación en generación,
también repercute significativamente en la calidad y propiedades saludables de
las cerezas y Picotas. Estos frutos son una fuente de salud puesto que
contienen 8 vitaminas, hierro, magnesio y calcio, gran cantidad de
antioxidantes y fibra, además de pocas calorías.
Las
Picotas del Jerte son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y
dulzura. Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más
características que las diferencian del resto: su textura carnosa y más
crujiente, su tamaño de un calibre de menor tamaño - comprende desde los 22 a
los 26 milímetros- y su sabor más dulce y su color. Su cultivo natural y su
recogida y tratamiento tradicionales multiplican sus propiedades y permiten que
lleguen a los mercados en el momento óptimo para el consumo.
Este
producto cada vez está más demandado tanto en el mercado nacional como
internacional, sobre todo en Alemania y en Reino Unido.
Fotos del Valle del Jerte realizadas por el fotógrafo, Juan Manuel Navas
Fotos del Valle del Jerte realizadas por el fotógrafo, Juan Manuel Navas
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