Navarra es un lugar donde
se siente el poder y la belleza natural de cada paisaje. En Navarra se puede disfrutar de la tranquilidad,
conocer enclaves de interés histórico, contemplar maravillosas vistas
panorámicas o realizar un turismo activo que ayuda a conocer el entorno de un
modo diferente.
El 50% del territorio navarro cuenta con algún tipo de catalogación natural: Parques y reservas naturales y más de cien zonas protegidas lo convierten en un referente en la preservación de la naturaleza. Las joyas naturales se reparten por toda su geografía.
Del bosque milenario de Orgi a la cueva de Mendukilo
A 25 kilómetros de Pamplona, en el Valle de la Ultzama, podemos dejarnos cautivar por el milenario Bosque de Orgi de ochenta hectáreas, único testigo de los robledales húmedos de Navarra, muchos de ellos centenarios e incluso bicentenarios. Sus senderos son llanos, sencillos, lo que hace que sea un destino accesible para que puedan disfrutar las personas invidentes o en silla de ruedas.
El
bosque está organizado en tres zonas: la parte de acceso al robledal, Arigartzeta, la zona de paseos Tomaszelaieta, en la que podemos encontrar el laberinto, un
camino de 1.400 metros magnífico para los amantes de las aves que nos lleva a
la Senda, donde se puede ver la charca salina que queda como vestigio del mar
desde hace 200 millones de años. La última zona es Muñagorri a la que se puede acceder por ser una zona de
conservación en proceso de regeneración natural.
En verano el
Bosque de Orgi incrementa su encanto
ya que se convierte en un escenario al aire libre de espectáculos y eventos.
En el
valle de Larraun, a pocos minutos de Lekunberri, se encuentra la
cueva de Mendukilo, que nos descubre el corazón de la Sierra
de Aralar.
El
recorrido turístico, para aquellas personas que quieran contemplar
tranquilamente las formaciones geológicas se inicia en Artzainzulo (refugio de pastores), pasando por Laminosin (sala de los lagos) y La Morada del Dragón, caracterizada por
su gran tamaño, alcanzando en algunos puntos 60 metros de largo y 20 metros de
altura. Para los más valientes existe un programa llamado espeleoaventura, con tres horas de técnicas deportivas teniendo
acceso a la Sala del Guerrero,
también conocida como La Catedral por
su tamaño a 70 metros de profundidad.
Urdazubi/Urdax y Zugarramurdi
Las cuevas más
conocidas y visitadas del Pirineo navarro se sitúan más al norte del Valle
de Baztan: las de Urdazubi/Urdax
y Zugarramurdi.
Gracias
a la continua erosión del río Urtxuma
encontramos una gruta de hace más de 14.000
años en la pequeña localidad pirenaica de Urdazubi/Urdax, la Cueva
de Urdax, también conocida como La
Embrujada, que nos adentra bajo los verdes prados de Navarra, a un mágico
universo de estalactitas y estalagmitas.
Los
restos de sílex hallados en la cueva revelan que fue habitada por el hombre
prehistórico; muchos siglos después, sirvió de escondite para contrabandistas y
refugio durante la Guerra de la Independencia y las contiendas carlistas. Hay
leyendas locales que cuentan que aún hoy es morada de las lamias, seres mitológicos mitad pez y mitad mujer.
La cueva de Zugarramurdi no contiene estalactitas ni pinturas rupestres, pero sí dispone de un atractivo que la hace singular gracias a la leyenda que la envuelve. En ella se sitúan akelarres, relatos de brujería, rituales paganos y hasta cenas presididas por el diablo. Cada 18 de agosto, coincidiendo con el último día de las fiestas patronales, se celebra el tradicional ziriko jate, una comida popular a la que asisten 800 personas y en la que se sirve cordero asado en estacas.
El agua marca el legado natural que esconde el Pirineo, desde las cumbres más altas, los valles de Belagua, Roncal o Salazar a las espectaculares foces de Arbaiun y Lumbier. La foz de Lumbier es un desfiladero excavado a lo largo de millones de años por el río Irati sobre la roca caliza en el extremo occidental de la sierra de Leire. Declarada Reserva Natural en 1987, es una de las gargantas más espectaculares de Navarra en la que podemos observar buitres leonados sobrevolando el acantilado; escarpes donde nidifican las aves; un río de limpias y frescas aguas que talla en las rocas estrechos y caprichosos pasos; los restos de un puente que, según cuenta la leyenda, fue construido con ayuda del diablo; dos túneles que antaño atravesó el primer tren eléctrico de España.
Para los amantes de la aventura y la naturaleza hay todo tipo de iniciativas como la que tendrá lugar el próximo 3 de agosto muy cerca de Lumbier: la IV bajada Popular del río Aragón, Kayakpopulis 2013. Se trata de una actividad de carácter recreativo y no competitivo que discurre entre Sangüesa y Cáseda.
Los participantes
podrán disfrutar de los 12 kilómetros de recorrido en piragua navegando por
largos remansos y pequeños rápidos tras los que se encuentran buenas pozas de
recuperación. Además, como después de toda actividad física surge el apetito,
tras el paseo se ha preparado una parrillada popular a un precio de 5 euros.
Todo el mundo será bienvenido a realizar esta aventura, los únicos requisitos
son apuntarse en la dirección clubirunakayak@gmail.com
antes del 30 de julio, saber nadar y llevar chalecos salvavidas y cascos.
Belleza de norte a sur, del Irati a las Bardenas Reales
Una de las maravillas del Pirineo es la Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. Tesoro natural de gran valor ecológico en el que encontramos las reservas naturales de Mendilatz y Tristuibartea y la reserva integral de Lizardoia. Aunque el bosque se ha ido transformando a causa de las actividades forestales llevadas a cabo de forma controlada, algunos de sus parajes permanecen prácticamente en su estado primitivo. Hayas y abetos conviven con tilos, avellanos, olmos, sauces, arces, boj, enebro, helechos, líquenes, musgos, patxarán y solitarios robles.
El la Ribera de
Navarra, encontramos las Bardenas
Reales, parque natural de belleza salvaje declarado desde el año 2000
como Reserva de la Biosfera por la
UNESCO. Este paisaje creado a
raíz de miles de años de erosión, nos ofrece 42500 hectáreas
semidesérticas de barrancos, mesetas planas y cerros
solitarios forman este espectacular paraje.
El
Parque Natural de las Bardenas Reales cuenta
además con más de 700 kilómetros de caminos, pistas y cañadas, muchas
señalizadas, que pueden ser recorridas por los amantes del senderismo y el ciclismo. De la mano de guías especializados podemos
descubrir rincones inolvidables con ecos de leyendas, además de ayudarnos a
interpretar este paisaje cuya flora y fauna es más propia del desierto africano que del norte peninsular.
Para
más información, consulte la página www.turismonavarra.es
o llame al teléfono de información turística 848 420 420.
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